El sector aeronáutico andaluz debe diversificarse y superar el localismo

Sevilla, 9 ago (EFE).- La industria aeronáutica andaluza debería “postularse directamente” en las capitales de los principales consorcios mundiales y “superar su localismo”. Tiene que diversificarse porque tiene una dependencia excesiva de Airbus y debe afrontar mejor la globalización. Son recomendaciones del consultor Ramón Rodríguez, consejero delegado de la consultora aeronáutica Hispano Aeronáutica.

Con casi tres décadas de experiencia, el consultor aeronáutico Ramón Rodríguez es un gran conocedor de la industria aeronáutica en general, pero particularmente de la industria aeronáutica andaluza, y es socio de Aerosm. La consultora del sector aeronáutico está ubicada en el parque Aerópolis de Sevilla. Es uno de los especialistas seleccionados para elaborar el Plan Estratégico Aeroespacial andaluz, estudio pionero en España y que pretende orientar el futuro de este sector.

Industria aeronáutica necesita un revulsivo

La industria aeroespacial andaluza es la segunda en facturación de España y una de las pocas europeas capaces de asumir la fabricación completa de un avión. Pero en opinión del experto, el sector aeroespacial andaluz necesita un “revulsivo”, sobre todo, tras haber sufrido en 2018 su primera caída de ventas en varios años. La facturación ha descendido en más del 3 por ciento, hasta los 15.931 millones de euros, según ha señalado en una entrevista con Efe.

Valora la finalización o estancamiento de los principales proyectos tractores del sector andaluz, como los modelos A380, A400M o C295 de Airbus. Esta situación debe ser una “alerta” para las casi doscientas empresas de la industria aeronáutica andaluza. Esta industria mantiene 16.000 empleos directos.

La industria aeronáutica andaluza depende demasiado de Airbus

“Uno de los problemas del sector aeronáutico andaluz es su excesiva dependencia de Airbus. Hay que abrirse al resto de fabricantes porque no podemos depender en más de un ochenta por ciento de Airbus. También hay que abrirse a países no europeos, en especial a Asia y Latinoamérica, porque el sector cada vez es más global e interconectado”, aconseja.

Recuerda que Andalucía y España “están empezando a perder su competitividad internacional”, basada en bajos costes laborales, que han aumentado en los últimos años. Además, hay países más desarrollados, como Estados Unidos, Alemania o Francia, que disponen de tecnologías más avanzadas, en robótica o inteligencia artificial, “que requieren menos empleos y ofrecen ya menos costes”.

A ello se une la creciente competencia de Portugal, donde Boeing ha aterrizado tras comprar Embraer y dispone en Évora de la mayor planta de mecanizados de Europa. También se ha consolidado Marruecos como un competidor potencial con costes más bajos.

Por ello, el consultor aeronáutico urge a que el sector aeronáutico andaluz “se postule directamente” en el exterior o cree lobbies en Toulouse o Múnich (sedes de Airbus). “También debería de estar presente la SEPI y visitarlas el presidente de la Junta, porque es en estas capitales donde se toman las decisiones y se reparten las cargas de trabajo”.

Destaca la próxima decisión, crucial para la aeronáutica española, sobre la carga de trabajo del proyecto FCAS. La futura plataforma de combate aéreo europea es una oportunidad ante la que lamenta que España haya perdido peso en el núcleo de decisión de Airbus en los últimos años.

Retos de la industria aeronáutica andaluza

Esta internacionalización y diversificación deben acompañarse de una renovación tecnológica para asumir desafíos como la digitalización o la industria 4.0 “y no perder el margen de competitividad que nos queda”.

En su opinión, el sector aeroespacial andaluz no se debe de limitar a la fabricación y montaje de aeroestructuras, sino que debe ampliar su actividad a nuevos segmentos, como la formación de personal. Andalucía cuenta con las escuelas de instrucción de pilotos y helicópteros en la base de Armilla (Granada) o de cazas de combate, en las de Morón y Rota, así como los centros de formación de tripulaciones del A400M o del tanquero MRTT, en Sevilla.

La reparación y el mantenimiento de aviones, (MRO) en su acrónimo inglés, es otra oportunidad. Ramón Rodríguez cita el proyecto de Ryanair de construir varios hangares en el aeropuerto sevillano, cuya carga de trabajo podría superar la del ensamblaje del A400M.

Otros segmentos emergentes, como drones o aviones no tripulados, pueden ser también nuevos nichos de mercado en los que Andalucía tiene ventajas adicionales, como el centro de ensayos del Arenosillo, en Huelva. Y también en el segmento de los equipos de visión, “en el que la industria andaluza tiene mucho que decir”, señala.

Formación profesional, pendiente

Pero advierte de que estas oportunidades requieren superar déficits básicos, como la formación profesional, paralizada en Andalucía desde hace años pese a la gran demanda existente, o acabar con “la vergüenza” de que la mayoría de profesionales carezca aún de un correcto nivel de inglés.

“Sin personal formado, en todos los niveles, no hay futuro para el sector”, apostilla.

De las administraciones lamenta la “falta de planificación, rigor y seguimiento” de las subvenciones e incentivos concedidos en las últimas décadas. “Suman una cifra brutal de cientos de millones -asegura- y en algunos casos no se sabe muy bien dónde han ido”.

Ramón Rodríguez apoya las actividades de defensa porque -resalta- la tecnología civil “vive de la militar”, de la que traslada sus innovaciones. “No se puede tener vergüenza de la inversión en defensa, porque innova en las tecnologías más avanzadas, que luego se aplican en la aeronáutica civil”.

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